Los cuasares
No soy doctor, y nunca lo voy a ser.
Y no por el hecho de que hice lo necesario para que me corrieran del doctorado, después de perder la cordura y decidir dedicar mi vida a compartir mi amor por el Universo en su forma más pura. La divulgación.
No, no voy a ser doctor porque como dice Palomas: "estoy muerto pero sigo vivo". Vivo, como la luz que viajó miles de millones de años luz a través del espacio y el tiempo y llegó hasta nosotros en su forma, no tan pura, para que pudiéramos apreciar los inicios de las cosas tangibles, las cuales, cómo yo, ya están muertas para cuándo, usted querido lector, lea (valga la redundancia) estas líneas.
Líneas que nos hacen caer en cuenta que no se trata de una estrella o, mejor dicho, una "casi" estrella, pero que, al fin y al cabo, brilla con la potencia propia de todo el contenido expulsado por el monstruo y los fantasmas que viven en su interior.
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